Miguel Strogoff
Sacando provecho de la amnistía que el zar le había concedido (el libro no identifica al zar, pero es claramente Alejandro II), Iván Ogareff, militar retirado y exiliado, instiga una invasión de Siberia por los tártaros.
Impulsado por su deseo de venganza, Ogareff convence al emir de Bujara, Féofar Khan, y a otros khanes del Turquestán libre de llevar a cabo tamaña empresa.
No obstante, todo su odio recae sobre el hermano del zar, el Gran Duque, acantonado en Irkutsk, la capital de Siberia Oriental.
El Gran Duque no le conoce personalmente, aunque ha sido la autoridad que lo ha mandado al exilio.
Los tártaros cortan los cables telegráficos en la ciudad de Tomsk, más allá de los Urales, para impedir la comunicación entre el zar y su hermano.
Sin embargo, los hombres del zar han descubierto el plan de Ivan Ogareff de entrar en Irkutsk con un nombre falso para ganarse la confianza del Gran Duque y, luego, cuando lo juzgara oportuno, acabar con su vida y entregar la ciudad a los tártaros.
Se requieren los servicios de un expedito correo que recorra las 5200 verstas que separan Moscú de Irkutsk, que suponen un vasto territorio plagado de amenazas.
Para esta ardua hazaña, el general Kissof postula a Miguel Strogoff, un valiente joven siberiano, oficial de correos del zar.
Miguel Strogoff cruzará Rusia empleando todos los medios disponibles, dotado de un permiso especial y de una identificación distinta a la propia.