En la novela «Cuando el durmiente despierta» (The Sleeper Awakes, 1910) de H.G. Wells, somos trasladados a un universo paralelo teñido de elementos distópicos, narrando la odisea de Graham, quien emerge de un sueño hipnótico que se prolonga por más de dos siglos, para encontrarse en un Londres irreconocible. En este nuevo orden mundial, donde los avances tecnológicos han esculpido una sociedad con marcadas divisiones clasistas, Graham se descubre en la cima de la pirámide económica, su fortuna engrosada exponencialmente por el interés compuesto, posicionándolo como el individuo más opulento. Nos adentramos en su viaje personal, un hombre cuya pluma antes derramaba ideologías socialistas con visión de futuro, ahora enfrenta la concretización de sus ideales, aunque de manera disonante a sus fantasías, revelando los defectos y horrores del entorno que lo engloba.

Este relato es una invitación a reevaluar nuestra interpretación del tiempo, el avance, y la organización social a través de la experiencia de Graham. Al ubicarse en el núcleo de disputas sociopolíticas, su travesía refleja las tensiones por el dominio, la equidad y el porvenir de la humanidad en el contexto de innovaciones tecnológicas. Wells, con su destreza narrativa, orquesta un panorama donde el salto temporal se entreteje con conflictos éticos y morales, ejerciendo una crítica a la progresión social y tecnológica.

Lanzada inicialmente en 1899 y luego retocada por el propio Wells en 1910, «Cuando el durmiente despierta» es la expresión de un escritor que, insatisfecho con su obra inicial, la remodela aspirando a la excelencia de su visión. Este trabajo supera el umbral del entretenimiento para erigirse en un examen introspectivo acerca de las mecánicas de dominación, la esencia humana y nuestro destino colectivo ante el imparable progreso tecnológico.

Wells no se limita a presentarnos una narrativa; nos propone una perspectiva premonitoria que resuena con dilemas contemporáneos como la supervisión global, la intimidad y el crecimiento del corporativismo. La transformación de Graham, desde su desconcierto inicial hasta un liderazgo casi mesiánico, refleja nuestras propias preocupaciones sobre la identidad y nuestra posición individual ante los rápidos cambios de nuestro tiempo. «Cuando el durmiente despierta» se establece, fundamentalmente, como una pieza literaria que reta al paso del tiempo, emergiendo como un hito indispensable en el género distópico por su habilidad de entrelazar el entretenimiento con una meditación profunda sobre la naturaleza humana y el rumbo de nuestra sociedad.